viernes, 11 de abril de 2014

REFLEJOS DE LOS BEBES

Los niños cuando nacen realizan una serie de  respuestas involuntarias ante la presencia de un determinado estímulo. La respuesta refleja implica generalmente un movimiento, aunque puede consistir también en la activación de la secreción de una glándula.

Los reflejos pueden ser de carácter innato o adquirido. Un ejemplo de reflejo innato sería alejar la mano de una superficie caliente. Un reflejo adquirido o condicionado sería pisar el freno del coche tras observar la luz roja en un semáforo. Este reflejo se va adquiriendo a través de la experiencia durante el proceso de aprendizaje en la conducción, llega un momento que el acto se realiza de manera automática sin que debamos pensar antes de llevar a cabo la acción.


Entre las propiedades de los reflejos indicaremos:
  • Invariabilidad: La acción de un estímulo determinado sobre un campo receptor de un mismo individuo causa siempre el mismo reflejo. Ejemplo: La acción del roce en el interior de las fosas nasales provoca un estornudo.
  • Integridad: Para que se produzca un reflejo debe existir continuidad entre los elementos anatómicos que deben entrar en acción. Una interrupción en el arco suprime el reflejo.
  • Velocidad: Para medir esta velocidad hay que distinguir: el recorrido de la excitación en el nervio sensitivo; el tiempo de reacción para transformar la impresión sensitiva en reacción motriz; el recorrido de la excitación en el nervio motor; el tiempo de reacción del músculo.
  • Ecuación personal: El tiempo de la reacción es variable según los individuos, puede ser disminuido por el estado de atención y por el ejercicio.
  • Fatigabilidad: Si se provoca repetidas veces el mismo reflejo, el tiempo de acción aumenta progresivamente, la intensidad del movimiento disminuye y por fin la reacción acaba por no producirse. La fatiga aparece al nivel de las sinapsis de las neuronas.


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