Los reflejos pueden ser de carácter innato o adquirido. Un ejemplo de reflejo innato sería alejar la mano de una superficie caliente. Un reflejo adquirido o condicionado sería pisar el freno del coche tras observar la luz roja en un semáforo. Este reflejo se va adquiriendo a través de la experiencia durante el proceso de aprendizaje en la conducción, llega un momento que el acto se realiza de manera automática sin que debamos pensar antes de llevar a cabo la acción.
Entre las propiedades de los reflejos indicaremos:
- Invariabilidad: La acción de un estímulo determinado sobre un campo receptor de un mismo individuo causa siempre el mismo reflejo. Ejemplo: La acción del roce en el interior de las fosas nasales provoca un estornudo.
- Integridad: Para que se produzca un reflejo debe existir continuidad entre los elementos anatómicos que deben entrar en acción. Una interrupción en el arco suprime el reflejo.
- Velocidad: Para medir esta velocidad hay que distinguir: el recorrido de la excitación en el nervio sensitivo; el tiempo de reacción para transformar la impresión sensitiva en reacción motriz; el recorrido de la excitación en el nervio motor; el tiempo de reacción del músculo.
- Ecuación personal: El tiempo de la reacción es variable según los individuos, puede ser disminuido por el estado de atención y por el ejercicio.
- Fatigabilidad: Si se provoca repetidas veces el mismo reflejo, el tiempo de acción aumenta progresivamente, la intensidad del movimiento disminuye y por fin la reacción acaba por no producirse. La fatiga aparece al nivel de las sinapsis de las neuronas.
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